lunes, 31 de mayo de 2010

Tirado en un andén,

Del apagón de principios de 2008, garabateado en un cuaderno.

Hoy desperté
tirado en un andén

No tenía dónde ir

A mi alrededor
había sólo espectros
La noche se fue y con ella
arrastró
sueños de mundos mejores

Mi onírica creencia
en una santa redención

De tu amor
a éstas horas
quedaban las promesas
-ruina inútil de la pasión-
Y mis maquinaciones
lúgubres
se ehcaron bajo el sol naciente

Tuve frío
Quise llorar

Mi ilusión de antaño
deshecha
no alcanzó
consolar a mi corazón poeta

Después
la imagen de una Virgen inmaculada
que un extraño acarició
fue la daga
que hirió fieramente
a mi sospecha:

El pecado que me acecha
es la carencia de fé

Ayer hoy y siempre
tirado en un andén.