miércoles, 30 de julio de 2008

Embestida,

A veces temo la embestida
de tu ira, de tu lamento perpetuo
contra la vida
que arrebató de vos, lo mismo
que de tantos otros
Aunque creas que la desgracia
es el estigma intrínseco
de tu existencia de vano hombre.

Qué lamentable es ver el rostro
de ancianos obsenos
con lágrimas furtivas rodándoles
por una mejilla o derramándose
en la mesa, cuando toman
su desayuno solitario
¿A dónde a huído todo?

Nada queda si no se ha sabido
entender a tiempo
-para aprovechar a tiempo-
la levedad del espíritu y la carne
en cuanto son uno sólo.

2 comentarios:

Caetano Evon dijo...

a disfrutar el presente y olvidar el pasado, tía, perdernos entre tanta carne... y espíritu
un abrazooo todavía tengo q encontrarte en bsas!

Dean Moriarty dijo...

Supongo que el viaje por España te fue muy bien.
Un beso dulce, niña.