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El 8 de diciembre de 1943, nacía un poeta que supo acompañarme por las sendas oscuras de mi primera juventud.
No dedicaré palabra alguna a su vida ni a su obra. Me limito a rendirle tributo a uno de mis grandes amigos, imaginarios y muertos. Es que la amistad no es de modo alguno un espíritu limitado por el tiempo y el espacio. También, todo aquél que haya logrado desarrollar su oído musical, y su gusto por la poesía (o cualquier otro tipo de arte), podrá entender que esto y aquello son, ni más ni menos que un idioma que prescinde de significados objetivos, de conceptos, de limitaciones. Es decir, yo podría tranquilamente explicarle a usted lo que siento, con un solo de la guitarra del señor Vaughan, o en este caso, unas lineas de la mente de Morrison;
"Te dire algo, ninguna recompenza eterna nos perdonará por malgastar el alba"
2 comentarios:
Un sentimiento enorme, estimada y desconocida Gala, esa frase es un remanso en un mar de ....y precariedades cotidianas que alarman desde siempre. La música es uno de mis pulmones, gracias
PURA POESIA
Saludos
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